Killer Queens

Aunque cueste trabajo relacionarlas con algo tan frío como el asesinato en serie, también existen mujeres asesinas “de carne y hueso”. Un estudio realizado en 1997 trazó un perfil de las serial killers: edad media de 33 años, y su motivo principal, el lucro; la mitad de ellas cuenta con un cómplice masculino; generalmente usan veneno (que es menos violento y más difícil de detectar); rara vez manifiestan sadismo o tortura en sus agresiones, y en casi todos los casos conocen a sus víctimas: niños, ancianos, familiares cercanos o, con frecuencia, sus maridos.

Este perfil las separa de su contraparte masculina, ya que éstos tienen entre 2O y 30 años de edad (la mayoría comete su primer asesinato antes de los 27), su motivación es del tipo sádico/sexual o de poder/control, tienden a actuar en solitario y sus víctimas suelen ser mujeres desconocidas. 

Aquí se presentan algunas de las principales “mujeres asesinas” de la historia: 

Erszébet Báthory “la Condesa Sangrienta”, (Hungría 1560 – 1614).

Número de víctimas: 630 jóvenes entre los 9 y los 26 años de edad. 

Móvil de sus crímenes: Según la leyenda, estaba tan obsesionada por conservar su belleza, que usaba la sangre de sus víctimas para bañarse en ella y “recuperar la lozanía”. 

Modus operandi: Llevaba a las víctimas a su castillo con falsas promesas de trabajo, y ahí las torturaba y golpeaba hasta la muerte —no está comprobado si existía abuso sexual. 

Destino: Fue descubierta, pero por su cuna noble no fue enjuiciada ni condenada, y sólo la confinaron en una habitación del castillo hasta su muerte. 

Belle Gunness “la Viuda Negra” o “Hell’s Belle”, (Noruega 1859 –  Estados Unidos ¿1908?).

Número de víctimas: Más de 40, incluyendo a sus hijas Myrtle y Lucy. 

Móvil de sus crímenes: Estafa y asesinato para cobrar pólizas de seguros, y para eliminar a testigos. 

Modus operandi: Asesinaba a sus novios y esposos con veneno o golpes fatales. 

Destino: Nunca fue capturada y se cree que fingió su propia muerte en un incendio. 

Enriqueta Martí “la Vampiresa de Barcelona”, (España 1868 – 1913).

Número de víctimas: Al menos 12 niños de entre 10 y 15 años. 

Móvil de sus crímenes: Asesinaba a los niños que había procurado con fines sexuales para evitar que la delataran. 

Modus operandi: Enriqueta vivía una doble vida; por las mañanas se disfrazaba de mendiga y acudía a hospicios donde localizaba a los niños más necesitados, les ofrecía cobijo en su casa, y por la noche, los prostituía entre los miembros de la alta sociedad barcelonesa. 

Destino: Fue descubierta, encarcelada y linchada por sus compañeras de prisión. 

Rosemary Letts, Rosemary West, (Inglaterra 1953).

Número de víctimas: 10 mujeres jóvenes. 

Móvil de sus crímenes: Retribución sexual. 

Modus operandi: Rosemary y su marido, Fred West, ofrecían aventón a jovencitas en su natal Gloucester, las raptaban, torturaban y abusaban sexualmente de ellas antes de matarlas. 

Destino: Fue descubierta y condenada a cadena perpetua (su marido se suicidó mientras esperaba sentencia).  

Fuente:
Revista Algarabía No.88, ‘Asesinos Seriales, Ed. Otras Inquisiciones, p. 80 – 81.