Cuando un Hijo Micael se separa del régimen paterno en el Paraíso y se prepara para salir a la aventura universal del espacio, el Espíritu Infinito entrega un grupo de mil de estos espíritus acompañantes. Y estos terciafines majestuosos acompañan al Hijo Creador, cuando éste se embarca en la aventura de la organización de un universo.
Durante los tiempos primitivos de la construcción de un universo, estos mil terciafines constituyen el único séquito personal del Hijo Creador. Adquieren una experiencia enorme como asistentes del Hijo durante estas épocas emocionantes de ensamblaje de un universo y otras manipulaciones astronómicas. Sirven al lado del Hijo Creador hasta el día de la personalización de la Brillante Estrella Matutina, el primogénito de un universo local. En ese momento, los terciafines presentan su dimisión formal y ésta es aceptada. Y con la aparición de las órdenes iniciales de vida angélica nativa, se retiran del servicio activo en el universo local y se tornan ministros de enlace entre el Hijo Creador al cual habían sido previamente asignados y los Ancianos de los Días del superuniverso correspondiente.
Fundación Urantia, “El libro de Urantia”, p. 335 – 336.
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