El Ingeniero James Watt produjo en Birmingham, en la década de 1780, las primeras máquinas rotativas de vapor del mundo, que fueron el motor de la Revolución Industrial. Hoy la ciudad tiene una lista casi interminable de industrias, cuyos principales productos son: la joyería, las armas de fuego, las vasijas de latón, los botones, el alambre, los juguetes y los vehículos de motor. La elaboración de chocolate creó un suburbio completo: Bournville. Su importancia industrial hizo necesaria la edificación de grandiosas oficinas públicas en el siglo XIX, como la sala municipal, el museo y la galería de las artes. La catedral anglicana es el del siglo XVIII y la católica data de 1841. Una parte de la primera planificación y de la primera legislación urbana se originó en Birmingham.
A pesar de la decadencia de muchas de sus industrias más antiguas, sigue siendo uno de los principales centros de comercio y de la industria de Inglaterra. En ella se encuentra el Centro Nacional de Exposiciones, localizado junto a su aeropuerto.
Fuente:
Reader’s Digest – Diccionario ilustrado de nuestro mundo, Ed. Reader’s Digest, p. 103.
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