En otras épocas del mundo, las pestes provocaron también cambios en la narrativa y en el pensamiento. El encierro mismo, igual que ahora, inspiró historias por demás interesantes y, en algunos casos, hasta de terror. Como si la propia pandemia no fuera suficientemente horrible.
Las historias más conocidas que se inspiraron en los días y meses de encierro involuntario, nos muestran que también lo terrible puede servir de ejemplo para generaciones futuras. La historia es la gran maestra de todos. Coincidentemente, después de la peste bubónica en Europa, en el siglo XIV, el mundo se enfrentó a una serie de cambios que desembocaron en el renacimiento. Tal es la oportunidad a la que nos enfrentamos.
Escritores de todas partes escriben -ahora también se hacen videos- sobre la cuarentena, sus repercusiones psicológicas, anímicas, sociales y antropológicas. Estas historias suceden igual en Australia, The Land of Oz; que en Brasil, Canadá y hasta en Pénjamo.
Se puede
considerar la pandemia como un mal o como una oportunidad de conocernos a
nosotros mismos. El encierro puede liberar nuestra más horrible faceta de la
personalidad o la mejor, o la menos peor. Es casi casi una decisión personal.
Te rindes y sucumbes a tus instintos, o te sobrepones y esfuerzas para aprender
y aprovechar el tiempo. Tal es la labor de casi todo escritor. De todos modos
la literatura es cosa personalísima y actividad solitaria. Igual que un
superhéroe.
Julio Edgar Méndez, “El cómic en México”, p. 10 – 11; disponible en julioedgarmendez.com

Comentarios
Publicar un comentario
Si deseas comentar dentro de la línea del respeto, eres bienvenido para expresarte