Y que, aunque hagas un gran trabajo con los planes la primera vez, es probable que el plan cambie a medida que el proyecto evoluciona.
La fase de planificación puede variar de un proyecto a otro, pero generalmente se trabaja en tres cosas importantes durante esta fase, el cronograma, el presupuesto y el plan de gestión de riesgos.
El cronograma es básicamente una línea de tiempo del proyecto. Incluye la fecha de inicio, la fecha de finalización y las fechas de las cosas que ocurrirán en el medio. Utilizarás técnicas de estimación del tiempo para determinar estas fechas.
Otra parte de esta fase es establecer el presupuesto. El presupuesto tendrá en cuenta el costo total para completar el proyecto. El costo total se debe desglosar para determinar cuánto hay que gastar en los distintos elementos del proyecto.
El tercer componente de la fase de planificación es la gestión de riesgos, que significa buscar posibles problemas y planificar con antelación para mitigar estos riesgos. Aceptémoslo: el riesgo es inevitable en todo proyecto. Lo que no es inevitable es cómo afecta el riesgo a tu proyecto. Una buena planificación del proyecto significa buscar los lugares en los que pueden ocurrir problemas. ¿Dónde podría retrasarse el cronograma? ¿Dónde podría el presupuesto superar tus estimaciones?
Trabajarás con tu equipo para considerar las respuestas a estas preguntas y preparar un plan de gestión de riesgos basado en lo que descubras.
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