Cuentas de Origen.
Para llevar a cabo sus actividades, una empresa sólo puede utilizar recursos de:
1. Las aportaciones entregadas por los socios.
2. Las obligaciones contraídas con diversos tipos de acreedores, como los bancos.
3. Las utilidades generadas por la empresa.
4. La transformación de sus activos. Por ejemplo, la empresa puede decidir vender uno de sus terrenos para invertir el dinero en la compra de maquinaria.
Por esta
razón, se clasifican como “cuentas de origen” a:
- Las cuentas del pasivo y capital que mostraron un aumento entre ambos periodos.
- Las cuentas del activo que disminuyeron.
- Las utilidades obtenidas entre ambos periodos.
Cuentas
de Aplicación.
Los fondos que la empresa obtuvo se utilizan o “aplican” con el objetivo de:
1. Aumentar los activos de la empresa.
2. Pagar las obligaciones adquiridas.
3. Retribuir a los socios parte de sus aportaciones.
4. Compensar los resultados negativos obtenidos en alguno de los periodos.
Por esta
razón, se clasifican como “cuentas de aplicación” a:
- Las cuentas del activo que mostraron un aumento entre ambos períodos.
- Las cuentas del pasivo y capital que mostraron una disminución.
- Las pérdidas obtenidas entre ambos periodos.
De manera
contable podrás identificar las cuentas en las cuales se originan y aplican los
recursos de la empresa de la siguiente manera.
Clasificar las cuentas de esta manera te será útil en la elaboración del Estado de cambios en la situación financiera de la empresa.
Fundación Carlos Slim – Auxiliar Contable.


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