Determinantes de la Riqueza




Utilidad.
Un bien o servicio dispone de esta cuando, precisamente, resulta útil para satisfacer una necesidad humana. Si no hay utilidad real de un bien o servicio, éste no genera interés para ser intercambiado por dinero o trabajo.

Trabajo.
Es una fuente de intercambio para otros bienes. Una persona que no posee bienes o dinero para intercambiar y acceder a otros bienes o servicios, posee la fuerza de trabajo como medio para adquirir los que le sean de utilidad.

Dinero.
Es el vehículo para el intercambio fácil y accesible de bienes y servicios. Es el recurso utilizado con mayor frecuencia para tal propósito, de modo que si hubiera un golpe de Estado o algo que hiciera nula la validez de una moneda en una economía, el dinero carecería de valor, por lo que se recomienda no basar el sistema de riqueza en una moneda.

El dinero por sí mismo tiene 3 funciones: sirve como medio de intercambio (comercio), como unidad contable (pagos), y como medio de conservación del valor (ahorro).

Consumo.
Se refiere a la utilización, gasto o agotamiento de un determinado bien o servicio que satisface alguna necesidad de un individuo o sociedad. Por lo tanto, el consumo es la culminación de la cobertura, efímera o duradera, de las necesidades del sujeto o de la sociedad.

El consumo se programa en función de las características particulares de cada bien o servicio, y de las necesidades de los consumidores, lo que establece tres principios:

Reposición: Se refiere a necesidades constantes que son cubiertas con productos perecederos. El consumo de reposición se basa en bienes que son reproducibles, ya que cubren necesidades importantes para cada sociedad y por tanto, deben estar disponibles para tal efecto (Ejemplos: Alimentos y Bebidas).

Durabilidad: Regularmente se refiere al consumo de bienes no perecederos. Este tipo de bienes se caracterizan por mantener un valor estable o incrementable (Ejemplos: Electrodomésticos).

Momento de Utilización: Comprende el periodo en que los bienes utilizados, para una necesidad programada. El consumidor tiene muchas necesidades, pero no todas las cubre de una manera inmediata, lo que implica posibles inversiones o una postergación del consumo (Ejemplos: Uso del transporte público, Alimentación).

Inversión.
Es el acto de adquirir bienes y servicios con el fin de obtener un beneficio o ingreso a lo largo del tiempo. La inversión se refiere al empleo de un capital en algún tipo de actividad o negocio, con el objetivo de incrementarlo. Dicho de otra manera, consiste en renunciar a un consumo actual y certero a cambio de obtener unos beneficios futuros y distribuidos en el tiempo. La inversión puede generar tres tipos de expectativas:

Rendimiento esperado, positivo o negativo: Que corresponde a la ganancia obtenida o pérdida por la inversión (Ejemplos: CETES, Créditos, Préstamos, Cuentas de Inversión).

Riesgo aceptado o de la incertidumbre: Sobre la cuál será el rendimiento real que se obtendrá al final de la inversión, que incluye además la estimación de la capacidad de pago (Si la inversión podrá pagar los resultados al inversionista). [Ejemplos: Acciones de la Bolsa de Valores, Apuestas Deportivas).

Horizonte Temporal: Corto, Mediano, Largo Plazos. Periodo en que se mantiene la inversión.

Ahorro.
Es la diferencia entre el ingreso disponible y el consumo, además de una parte complementaria del gasto. Generalmente se mantiene en una cuenta bancaria o en otro tipo de valores.

De no ser así, lo que se realiza es una postergación del consumo, lo que coloquialmente se ha manejado como “tener un guardadito debajo del colchón” o en una alcancía.

Desde el punto de vista económico, el ahorro es una inversión, ya que se utiliza para generar un beneficio mayor o al menos para no perder el valor de éste.

Existen dos tipos de ahorro:

Ahorro Privado: Es realizado por cualquier organización o institución que no pertenezca al Estado, como empresas privadas o la familia.

Ahorro Público: Lo lleva a cabo el Estado y por lo regular se presenta cuando hay un ingreso mayor a los gastos del presupuesto público. Se destina a obras de infraestructura o inversión social.


Fuente: Vive la Economía 1 (Progreso Editorial).


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