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Oscar Wilde




Nacido en Dublín el 16 de Octubre del año de 1854 y proveniente de una familia burguesa, Oscar Wilde inició sus estudios en el colegio de La Trinidad, ubicado en su ciudad natal, obteniendo en éste una considerable beca que le permite su traslado a Oxford para continuar con su educación. A los veinte años de edad comienza a profundizar en cuestiones teóricas del esteticismo debido a que adquiere una gran sensibilidad que lo incita a rodearse de objetos bellos y fuera de serie.

Fue el hijo del científico irlandés y padre de la Otología Moderna, Sir William Wilde y de una madre escritora, feminista y activista política; lady Francesca Jane Elgee.

Se marchó a Norteamérica cuatro años después convirtiéndose en un distinguido conferenciante, destacando en temas sobre el renacimiento del arte inglés. Wilde comienza a encarnar en su vida así como en su producción literaria el dandismo como ideal, escribiendo un libro de poemas y una obra de teatro (Vera o los Nebilistas).

Ya en Inglaterra, el dandy (“refinado” o “elegante”) representa cierta manera el papel que en Francia asume de bohemio, tomando en cuenta que el bohemio francés es un artista que desciende a un nivel proletario, mientras que para los ingleses el dandy es el burgués intelectual que asciende a una clase superior. Debido a esto la exagerada refinación del dandy hace que el bohemio caiga equivalentemente en un concepto de depravación y disipación. Pero, aún así, estas dos clasificaciones conforman parte de una protesta contra la rutinaria y trivial vida burguesa, contra su conformismo ante unas leyes ya establecidas que no se escapan de regir vidas mediocres, vacías y grises.

En el año 1884, Wilde se ve acosado por fuertes problemas económicos, razón que lo obligó a contraer matrimonio por conveniencia, estableciéndose en Londres, con la irlandesa muy rica, Constance Lloyd, con la que tuvo dos hijos, Cyrill y Vyvyan. A partir de entonces se dedicó exclusivamente a la Literatura, pero tres años más tarde, su personalidad vuelve a adquirir ese brillo propio que lo caracteriza. Es aquí donde adquiere un modo extravagante de vestir, y donde tiene lugar el nacimiento de su obra ‘El Retrato de Dorian Gray’, así como su controversia en los diarios causada por dicha obra, sus expresiones y gestos inimitables en los salones de Londres, y el inicio de unas amistades erradas con artistas jóvenes.

Entre sus primeras obras se cuentan dos colecciones de historias fantásticas, escritas para sus hijos: ‘El príncipe feliz’ (1888), ‘La casa de las granadas’ (1892) y un conjunto de cuentos breves: ‘El crimen de Lord Arthur Saville’ (1891).

Incursionó en el teatro con la sobras: ‘Vera o los Nihilistas’ (1882). ‘La duquesa de Padua’, comedia que estrenó en Nueva York en 1891, ‘Salomé’ (1891), ‘El abanico de Lady Windermere’ (1892), ‘Una mujer importancia’ (1893), ‘Un marido ideal’ (1895) y ‘La importancia de llamarse Ernesto’ (1895).

De 1892 (año en el que se estrena ‘El abanico de Lady Windermere’) a 1895, Wilde es bendecido por la fama y la apreciación del público. Es en dichos años cuando tiene lugar la más terrible tragedia que dejará definitivamente marcada su vida y su obra, tragedia que es plasmada en el documento caracterizado por su ‘De Profundis’, que es un pedido de auxilio, un grito de dolor en contra de la insensibilidad del mundo, contra la irracionalidad, un texto nacido desde el desaliento y la degradación que viene a desembocar a una gran mediocridad impuesta.


En 1897, Wilde se va terminantemente de Inglaterra. Utilizando el falso nombre de Sebastián Malmoth, circula por Nápoles y se encuentra nuevamente con Boise ante el enojo de sus amistades y esposa, la cual le retira la pensión que le proporcionaba y le prohíbe definitivamente verse con sus dos hijos. Poco tiempo después viaja a París ahondado en una terrible miseria. Su luz aparenta haberse apagado, y lo que en un tiempo fue gloria hoy son penas; los que en algún momento se peleaban por acompañarse de su presencia, hoy le dan la espalda. Wilde es sólo una caricatura de lo que llegó a ser.


Fuente: Oscar Wilde – El fantasma de Canterville y otros cuentos, Ed. Tomo; Oscar Wilde – Cuentos, Ed. Tomo.

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