Desarrollo Compartido




Fue un modelo de desarrollo económico emprendido por el gobierno mexicano durante los años de 1970 a 1982, siendo los responsables del Poder Ejecutivo Luís Echeverría Álvarez y José López Portillo y Pacheco, el cual dispuso de las siguientes características:

  • Se caracterizo por crisis económica y agotamiento del Modelo de Sustitución de Importaciones.
  • No se produjeron transformaciones relevantes en materia de política fiscal y monetaria.
  • Gracias a la explotación petrolera se financió la construcción de infraestructura y la cobertura de seguridad social en todo el país.
  • Fue vulnerable al impacto negativo de factores externos que contribuyeron a que el peso se devaluara, lo que motivó la implementación de nuevas estrategias macroeconómicas.
  • El nombre de esta nueva fase del modelo derivó del deseo de equilibrar el crecimiento verificado en los diversos sectores de la población.
  • Su limitante fue que el gobierno pretendió ayudar a los trabajadores sin tocar los privilegios del sector industrial.
  • El gobierno acumuló un creciente desbalance en sus finanzas debido a que los ingresos por exportaciones se redujeron, debido a la poca competitividad internacional de las exportaciones mexicanas, mientras que los costos de importación de bienes cada vez más baratos y no existentes en México, se incrementaron paulatinamente. El país gastaba más comprando al exterior que vendiéndole.
  • El déficit hacendario se cubrió con adquisición de deuda, lo cual a la postre derivó en una devaluación del peso.
  • La economía mundial sufrió un severo y repentino aumento de los precios del petróleo (y con ello de los demás combustibles) derivado de los enfrentamientos geopolíticos de gran alcance (Recorte de la producción para aumentar precios por parte de la OPEP –Organización de Países Exportadores de Petróleo-).
  • El gobierno mexicano consolidó el hallazgo de importantes yacimientos petroleros en el sureste del país.
  • Dado el escenario para un crecimiento sin precedentes por los ingresos en exportaciones, se habló de la necesidad de administrar la abundancia.
  • Los nuevos recursos se diluyeron en un aumento desmedido del gasto y obras suntuarias.
  • Se contrataron en los mercados internacionales cantidades inauditas de deuda pública en dólares.
  • Cuando los precios de los hidrocarburos bajaron a sus niveles anteriores a la crisis de precios, el Estado se halló sin recursos frescos y con una deuda que se volvió inmanejable.

Fuente: Vive la Economía 1 (Progreso Editorial).

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