De acuerdo con el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), un hogar se define como una unidad institucional de un grupo de personas que comparten la misma vivienda y juntan total o parcialmente sus ingresos y su riqueza, consumiendo colectivamente ciertos niveles de servicios, tales como la alimentación y el alojamiento.
La importancia de los hogares como agentes económicos radica en que son consumidores de bienes y servicios, pero, además son proveedores de mano de obra, aunque en algunos casos cuentan con una empresa o propiedades que rentar.
Los hogares basan su decisión de consumo de bienes y servicios tomando en cuenta las preferencias y el nivel de ingresos. Las primeras dependen de los gustos y necesidades de cada persona, mientras que el segundo determina el tipo de bienes y servicios que se consumen. Ante esta situación, las empresas deben de estar al pendiente de que sus productos satisfagan las preferencias de los consumidores y además de que se ajusten a la capacidad de ingresos de los hogares.
La fuente de ingreso de los hogares procede principalmente de los sueldos y salarios que reciben sus miembros como trabajadores. Pero también los ingresos pueden proceder de las rentas obtenidas por el alquiler de bienes inmuebles o por las ganancias obtenidas de una empresa o negocio propio.
La cantidad de dinero determina el nivel de ingresos, que a su vez determina la cantidad y calidad de bienes y servicios que se puede adquirir.
La cantidad de dinero determina el nivel de ingresos, que a su vez determina la cantidad y calidad de bienes y servicios que se puede adquirir.
Fuente: Vive la Economía 1 (Progreso Editorial).
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