Cuentan los abuelos que los enanos bailan de noche en los bosques. Bailan cantando. Hace muchos años lo único que cantaban era esto:
Lunes y martes y miércoles tres;
Lunes y martes y miércoles tres.
Repetían lo mismo hasta que se cansaban. Un día, un leñador que de pura casualidad pasaba por ahí, les propuso completar así la canción:
Lunes y martes y miércoles tres,
Jueves y viernes y sábado seis.
Escucharon esto los enanos y quedaron contentísimos. El ritmo era perfecto. Esta vez bailaron mucho más tiempo. Para premiar al leñador poeta le regalaron un hacha labrada primorosamente.
Supo esto un vecino del leñador y sintió mucha envidia. Por eso se fue de noche al bosque, y les propuso a los enanos completar así la canción:
Lunes y martes y miércoles tres,
Jueves y viernes y sábado seis,
Domingo siete.
Como es natural, los enanos se pusieron furiosos. Si hubieran bailado con esa letra, al llegar al “domingo siete” se habrían tropezado, se habrían pisado y empujado unos a otros, y todo el gusto del baile se habría acabado. Los buenos poetas nunca salen con un “domingo siete”.
Fuente: SEP – Mi Libro de Segundo. Parte 2
Comentarios
Publicar un comentario
Si deseas comentar dentro de la línea del respeto, eres bienvenido para expresarte