La ética del agente










Existe una importante restricción a tener en cuenta a la hora de maximizar el valor de la empresa, negocio, etc., restricción que tiene que ver con la realización de un comportamiento ético y legal. En ocasiones, los agentes buscando satisfacer tanto el objetivo de los propietarios como el suyo propio, se comportan de forma poco ética o incluso claramente ilegal.


La cuestión predominante con respecto a los contratos es cómo prevenir, o minimizar, tales comportamientos. La respuesta es la realización de un control razonable de las actividades de los agentes y el empleo de contratos que minimicen la posibilidad de conflictos de intereses.

Asimetría informativa y reputación del agente.
Es preciso señalar que algunas de las decisiones conectadas con la elección de un contrato pueden influir en la reputación del agente. Por ejemplo, un agente puede renunciar a obtener un beneficio personal a corto plazo con objeto de lograr un beneficio a largo plazo aumentando, con ello, el valor de sus servicios a través de su buena conducta en el corto. Los agentes que dispongan de buena reputación pueden solicitar unas remuneraciones más altas por sus servicios porque ello implica una garantía de que sus actuaciones proporcionan resultados satisfactorios a los principales. Por tanto, el aumentar o mantener la buena reputación es algo valioso, mientras que su pérdida conlleva costes importantes. Y es lógico este razonamiento, ya que las personas contratantes (principales), preferirán contratar a alguien que sea honesto y eficaz como su agente, provocando de esta manera que los agentes deshonestos y poco eficaces se vayan retirando del negocio de los agentes.

Por otro lado, a la hora de elegir un determinado contrato, un agente puede estar de acuerdo en un seguimiento más cercano con objeto de obtener un mayor precio por sus servicios el cual nunca lograría de no ser controlado tan duramente. El principal, por su lado, está de acuerdo en pagar ese sobreprecio debido al costo efectivo relacionado con el costo de emplear a otro agente a un precio aparentemente más bajo pero con una mayor probabilidad de mala conducta. En cada caso, el participante está comparando unos costos contra otros con objeto de elegir aquél componente que le proporcione un coste inferior y le garantice un mejor resultado para sus intereses.

Conflictos de intereses entre agentes y principales.
Las partes implicadas en un conflicto de intereses establecen relaciones contractuales con objeto de resolverlos, pero tales conflictos no pueden desaparecer totalmente porque ningún contrato puede cubrir todas las contingencias posibles. Los siguientes, son los principales puntos de conflicto que suelen ocurrir en las relaciones entre los agentes y los principales:

Ø  El grado de esfuerzo de los empleados: Uno de los puntos de conflicto entre agente y principal tiene que ver con el grado en el que el primero se esfuerza en cumplir los objetivos del principal. Como todos sabemos, a algunos empleados les gustaría ser pagados sin tener que trabajar o, al menos, no demasiado. A este tipo de problema por el que el agente no se emplea “a fondo” en su trabajo, debido a que considera que el principal no se va a enterar, se le conoce, entre otros nombres, como vaguería. Además de existir un problema de riesgo moral también lo puede haber de selección adversa porque los mejores empleados son los que con su trabajo garantizan el sueldo de los vagos y esto puede llevar a que abandonen la empresa por otra donde se les reconozca su valía y trabajen en un equipo motivado. Definitivamente, a los agentes trabajadores no les gustara la idea de que los agentes flojos se beneficien de su trabajo sin haber hecho nada, por lo que muchas veces buscaran alguna alternativa donde se les recompense en la medida de sus esfuerzos.

Ø  Los beneficios adicionales del puesto de trabajo: Como sabemos, el problema del riesgo moral surge cuando el agente tiene la posibilidad de realizar acciones que le van a beneficiar y que nadie va a observar pero que son costosas para el principal. Uno de estos casos son las retribuciones en especie que lleva implícitas el puesto de trabajo como, por ejemplo, el uso del avión y del coche de la empresa, viajes gratis, tarjeta de crédito de la empresa, la oficina decorada a la última moda, etcétera. Estas acciones proporcionan ganancias al agente detrayéndolas del valor de la empresa o negocio, y su coste está inversamente relacionado con la participación que aquél tenga en el capital social de la misma. Los principales sufren una pérdida en sus derechos residuales sobre los flujos de caja de la empresa si los empleados están en disposición de aprovecharse excesivamente de esos beneficios implícitos.

Ø  La no diversificación del capital humano: El capital humano de una persona (las capacidades y habilidades que le pertenecen) suele estar invertido en su totalidad en la empresa para la que trabaja, a la que dedica diariamente la mayoría de su esfuerzo a cambio de una remuneración. Esto implica que difícilmente el capital humano está bien diversificado. Esta falta de diversificación del capital humano nos lleva a otra fuente de conflictos agentes-principales, debido a que los primeros tendrán ideas diferentes sobre qué tipo de proyectos debe realizar la empresa al tener una actitud con respecto al riesgo distinta de la que tienen los principales. Estos últimos son casi indiferentes a las oscilaciones que se puedan producir en los resultados de las inversiones puesto que su riesgo lo tendrán bien diversificado y tales oscilaciones tienden a contrarrestarse unas con otras a lo largo del tiempo. Por el contrario, los directivos pueden ser “barridos” por una de esas oscilaciones.

Por ejemplo, si existe una amenaza real de que la empresa pueda entrar en quiebra, el impacto que ello provocará en los directivos y empleados será mucho mayor que el que causará en los propietarios. Esta situación predispondrá a los empleados contra aquellos proyectos de inversión que tengan una cantidad significativa de riesgo, aunque dichos proyectos tuviesen un posible beneficio positivo; aquí radica el coste de agencia de este conflicto de intereses.


Fuente: www.tueconomia.net/gobierno_y_economia/problema-del-agente-principal.php

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