Jesús en Galilea. Formación de los mensajeros del reino
Antes de empezar, Jesús anuncia que desea ordenar a doce apóstoles para que continúen el trabajo del reino después de su partida y autoriza a cada uno de ellos para que elija, entre sus primeros conversos, a un hombre destinado a formar parte del cuerpo apostólico.
Esta primera gira misionera de los seis es reconfortante y aleccionadora, ya que descubren el gran valor del contacto directo y personal con los hombres, también comprenden que la religión es totalmente un asunto de experiencia personal y que la gente del pueblo tiene hambre de escuchar palabras de consuelo y aliento espiritual. Cuando se reúnen alrededor de Jesús, todos comentan sobre sus proposiciones para los seis nuevos apóstoles.
Los recién elegidos son:
Mateo, recaudador de derechos de aduana de Cafarnaúm. Elegido por Andrés.
Tomás, pescador de Tariquea, carpintero y albañil en Gadara. Ha sido elegido por Felipe.
Santiago, pescador y agricultor de Jeresa, es elegido por Santiago Zebedeo.
Judas Alfeo, hermano gemelo de Santiago Alfeo, también pescador, es elegido por Juan Zebedeo.
Simón, alto funcionario de la organización patriótica de los celotes y comerciante, cargo que abandona para unirse a los apóstoles de Jesús. Es escogido por Pedro.
Judas Iscariote, hijo único de padres judíos ricos que viven en Jericó y que por unirse a Juan el Bautista, sus padres saduceos lo rechazan. Busca trabajo cuando Natanael lo invita a unirse.
De inmediato parten para visitar a Mateo quien los espera impaciente; al acercarse a su casa, Jesús y Andrés se adelantan, el Maestro mira de frente a Mateo y le dice: "¡Sígueme!"; de inmediato Mateo se levanta y lleva a Jesús y a los apóstoles hasta su sala. Mateo comenta a Jesús del banquete que ha preparado para aquella noche, diciendo que desea al menos ofrecer esta cena a su familia y a sus amigos y si él está de acuerdo en ser el invitado de honor. Jesús afirma.
Después, todos acompañan a Pedro a visitar a Simón el Celote a quien al encontrarlo Jesús, lo saluda efusivamente pero al que únicamente le dice: "¡Sígueme!", y regresan a la casa de Mateo para la cena.
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