Eurocopa Yugoslavia 1976. Al estilo Panenka

Las cartas de presentación de los cuatro finalistas despertaron las expectativas del mundo y éstas fueron superadas. Por primera vez, la Eurocopa cobró la dimensión de un torneo de alta confección futbolística. Los cuatro partidos de la fase final se resolvieron en tiempo extra y el duelo por el título fue el primer partido, en estas instancias de una competencia internacional, que se resolvió en penaltis.

Los aficionados de Países Bajos afirmaban que la Final la disputarían "Holanda y otro rival". Pero los checoslovacos, el equipo con menos estrellas de los cuatro finalistas, les aguaron la fiesta. La lluvia dificultó el juego vistoso de los holandeses, quienes se vieron incapaces de hacer gol, los cuatro tantos del 3-1 fueron obra de sus rivales. Antón Ondrus, capitán de Checoslovaquia, marcó el primero a favor de su equipo y luego hizo un autogol para empatar el juego y forzar la prórroga.

El declive de Holanda tenía un trasfondo económico. Los jugadores, liderados por Johan Cruyff e incentivados por su propio técnico, George Knobel, exigían mayores primas por parte de su Federación en caso de avanzar a la Final. Mientras en el Mundial de 1974 habían obtenido 65 mil florines, ahora les ofrecían entre 15 y 20 mil. Tras la eliminación, explotó la tormenta en vestidores, Knobel amenazó con renunciar y el mítico Cruyff, quien por acumulación de tarjetas no pudo alinear en el juego por el tercer lugar, se regresó a Barcelona, desde donde afirmó que no volvería a jugar con la Naranja Mecánica si no se cumplían ciertas peticiones.

En el otro frente, Alemania Federal despachó a los anfitriones gracias a una revelación: Dieter Müller. El joven ariete ingresó al 79', era su debut con la selección. El primer balón que tocó fue un cabezazo con el cual empató el partido y forzó el alargue, en el cual marcó otro par dándole la victoria a los suyos.

En la Final, los teutones empataron a un minuto de la conclusión y la igualdad prevaleció hasta los penaltis. Los aficionados locales apoyaron a los checoslovacos y cada vez que alguno de los alemanes se perfilaba a cobrar, el estadio rugía en silbidos y abucheos. Uli Hoeness voló el cuarto tiro teutón y enseguida el mundo se maravilló con el cobro de Antonín Panenka. Éste fue el último torneo de selecciones jugado por Franz Beckenbauer y Johan Cruyff.

La Figura. Antonin Panenka.

Hizo el penalti que le dio el título a Checoslovaquia, lo ejecutó con un estilo frío y extrovertido a la vez: tomó vuelo, dejó que el arquero Sepp Maier, uno de los mejores de la historia, se venciera y tiró al centro, con un envío picado, suave. En la Eurocopa 1980 volvió a hacerlo ante Italia en el duelo por el tercer puesto. A la fecha cuando alguien tira un penalti así se afirma que fue 'al estilo Panenka'.

Fuente:
Por Édgar Rodríguez en Récord, ‘Especial Eurocopa 2012’, Ed. Notmusa, p.94 – 95.

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