En su propuesta desarrolla tres principios: liderazgo en calidad, técnicas de calidad moderna y compromiso con la dirección. Además, identifica aspectos que él denomina los cuatro pecados: calidad de invernadero, actitud anhelante, producción en el exterior, y confinar la calidad a la fábrica.
Asimismo, propone 19 pautas para el mejoramiento continuo, entre las cuales se encuentran: definición del control total de la calidad, calidad versus calidad, control, integración, incremento de las ganancias mediante la calidad, los seres humanos influyen en la calidad, el control de calidad total se aplica a todos los productos y servicios, la calidad se aplica a todo el ciclo del producto, control del proceso, facilitadores de calidad y no políticas de calidad, compromiso con la calidad, herramientas estadísticas y control de calidad en la fuente.
Igualmente señala que para que el control de calidad sea efectivo debe iniciarse con el diseño del producto y terminar solo cuando se encuentre en manos de un consumidor satisfecho, siempre y cuando haya pasado por los estudios especiales del proceso, es decir, por el mejoramiento de la calidad, asegurando la permanencia de las mejoras.
Para Feigenbaum, la alta administración es responsable de la
efectividad de todo el sistema de calidad, aunque todos los departamentos intervengan en ella, de acuerdo con la participación que tengan en el proceso. Al respecto propone:
1. Definir políticas y objetivos de calidad.
2. Orientarse al cliente.
3. Integrar todas las actividades de la compañía.
4. Aclarar el papel de cada miembro de la empresa.
5. Establecer un sistema de aseguramiento de proveedores.
6. Identificar por completo el equipo de calidad.
7. Definir un flujo efectivo de información y procesamiento de
la calidad.
8. Establecer un sistema de costos de calidad, estándares de
desempeño y otras mediciones.
9. Ser efectivos en las acciones correctivas que emprendan.
10. Mantener un control continuo del sistema.
11. Emprender auditorías periódicas de las actividades
sistemáticas.
12. Realizar todas las actividades necesarias para llevar a cabo
lo expuesto.
Luz Angela Aldana de Vega, et.al, ‘Administración por calidad’, Editorial Alfaomega & Universidad de La Sabana, p. 21 – 22.
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