Rubén C. Navarro – Romance de las estrellas

Madre: en aquel pozo negro

y hondo y frío de la huerta,

que junto al muro se abre,

se cayeron las estrellas...

 

Yo las estuve mirando

fijamente, desde afuera,

y, con un temblor de lágrimas,

también me miraban ellas...

 

Entre las grandes hay unas

chiquirrititas que apenas,

abren sus ojos azules,

redonditos como cuentas.

 

Madre: la culpa de todo

la tiene la molinera;

dejó sin tapar el pozo

cuando se paró la rueda:

 

Y, atraídas por el mágico

hechizo del agua quieta,

fueron cayendo una a una

las estrellitas viajeras...

 

Madre: con el cubo grande

con que regamos la huerta,

me voy a pasar la noche

sacando estrellas...

 

No, hijo: en el pozo negro

deja en paz las aguas quietas;

si las mueves con el cubo,

Ya no verás las estrellas;

 

...y es mejor vivir creyendo

en cosas que no son ciertas,

que un ensueño se nos borre

y una ilusión se nos pierda...

 

Estate quieto, mirándolas,

fijamente, desde afuera...

¡las estrellas no se tocan:

solo se ven... y se sueñan!...

Fuente:
Español. Lecturas. 6° Grado, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 87.

 

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