El cumplimiento de las carreras de autootorgamiento en la forma de las criaturas y la elevación a la soberanía suprema en un universo deben significar la liberación completa de las capacidades para la acción finita de un Micael, acompañada por la aparición de la capacidad para un servicio más que finito. Porque en este contexto observamos que estos Hijos Mayores se hallan restringidos en la producción de nuevos tipos de seres creados, una restricción indudablemente hecha necesaria por la liberación de sus potenciales sobrefinitos.
Es altamente probable que estos poderes creadores no revelados permanecerán autocontenidos a lo largo de la presente era universal. Pero en algún momento en el futuro distante, en los universos del espacio exterior que se están movilizando actualmente, creemos que el enlace entre un Hijo Mayor séptuple y un Espíritu Creativo de séptima etapa pueda alcanzar los niveles absonitos de servicio, y esto es acompañado por la aparición de nuevas cosas, significados y valores en los niveles trascendentales del significado universal último.
Así como la Deidad del Supremo se está actualizando por virtud del servicio experiencial, del mismo modo los Hijos Creadores están alcanzando la realización personal de los potenciales de divinidad paradisiaca contenidos en sus naturalezas inescrutables. Cuando Cristo Micael estaba en Urantia, dijo cierta vez: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Y creemos que en la eternidad los Micaeles están literalmente destinados a ser “el camino, la verdad y la vida”, iluminando siempre la senda para todas las personalidades del universo conduciendo desde la divinidad suprema a través de la absonidad última a la finalidad eterna de deidad.
Fuente:
Fundación Urantia, “El libro de Urantia”, p. 267 – 268.
Comentarios
Publicar un comentario
Si deseas comentar dentro de la línea del respeto, eres bienvenido para expresarte