El encomendero era un súbdito español que obtenía el derecho a recibir tributos en especie, con los productos de las tierras de los indígenas, o en servicios con el trabajo de los indígenas en las minas y predios del encomendero. A cambio, debía cuidar la vida de éstos y educarlos en la fe cristiana.
Al poco tiempo, los encomenderos abusaron de su poder.
Los frailes los denunciaron ante el rey y, en 1535, llegó a Nueva España un
representante del rey para gobernar en su nombre: el virrey.
Los territorios de Nueva España se organizaron en provincias gobernadas por corregidores y alcaldes mayores. Los corregidores gobernaban sobre las ciudades y administraban justicia en los poblados indígenas. Los alcaldes se encargaban de hacer cumplir las normas del ayuntamiento.
En el Virreinato se establecieron once provincias, en distintos periodos, que fueron gobernadas por corregidores o alcaldes mayores. Sus cabeceras de gobierno fueron Chalco, Mexicaltzingo, Coatepec, Texcoco, Otumba, Teotihuacan, Cuautitlán, Ecatepec, Citlaltépec, Xilotepec y Toluca.
En 1786 se creó la Intendencia de México, de la que fueron parte las ciudades y pueblos que hoy están en nuestra entidad. Bajo el gobierno de los intendentes se suprimió a los alcaldes mayores, quienes fueron sustituidos por subdelegados.
Generación 2014. La entidad donde vivo. México, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 96 – 97.
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