Emanuel de Salvington, número 611.121 de la sexta orden de las Personalidades Supremas Trinitarias, es un ser de dignidad sublime y de tal extraordinaria condescendencia que rechaza el culto y la adoración de todas las criaturas vivientes. Él se distingue por ser la única personalidad en todo Nebadon que nunca ha reconocido subordinación a su hermano Micael. Actúa como asesor del Hijo Soberano pero sólo da consejos a petición. En ausencia del Hijo Creador podría presidir cualquiera de los concilios universales pero no desea participar de otra manera en los asuntos ejecutivos del universo a menos que se lo soliciten.
Este embajador del Paraíso en Nebadon no está sujeto a la jurisdicción del gobierno del universo local. Tampoco ejerce jurisdicción autoritaria en los asuntos ejecutivos de un universo local en desarrollo excepto en la supervisión de sus hermanos de enlace, los Fieles de los Días, que sirven en las sedes de las constelaciones.
Los Fieles de los Días, así como el Unión de los Días, no brindan nunca asesoramiento ni ofrecen asistencia a los gobernantes de las constelaciones a menos que lo soliciten. Estos embajadores del Paraíso ante las constelaciones representan la presencia personal final de los Hijos Estacionarios Trinitarios que actúan en sus funciones de asesoramiento en los universos locales. Las constelaciones están más estrechamente relacionadas con la administración del superuniverso que los sistemas locales, los cuales son administrados exclusivamente por personalidades nativas del universo local.
Fuente:
Fundación Urantia, “El libro de Urantia”, p. 408 – 409.
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