Al final de este período de capacitación en los mundos seráficos de Salvington, los serafines son movilizados en los grupos y unidades convencionales de la organización angélica y se les asigna a una de las constelaciones. Todavía no se los comisiona como espíritus ministrantes, aunque ya han entrado a las fases precomisión de la capacitación angélica.
Los serafines se inician como espíritus ministrantes sirviendo como observadores en los más bajos de los mundos evolucionarios. Después de esta experiencia regresan a los mundos asociados de las sedes de la constelación asignada a ellos para comenzar sus estudios avanzados y prepararse más definitivamente para el servicio en un sistema local particular. Después de esta instrucción general se los promueve al servicio de algún sistema local. En los mundos arquitectónicos asociados con la capital de algún sistema de Nebadon nuestros serafines completan su capacitación y son comisionados como espíritus ministrantes del tiempo.
Una vez que los serafines reciben su comisión, sus asignaciones pueden comprender a Nebadon entero, aún Orvonton. Su tarea en el universo es sin límites ni limitaciones; están estrechamente asociados con las criaturas materiales de los mundos y están constantemente al servicio de las órdenes más bajas de las personalidades espirituales, haciendo contacto entre estos seres del mundo espiritual y los mortales de los reinos materiales.
Fuente:
Fundación Urantia, “El libro de Urantia”, p. 461.

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