La mayoría de los sistemas solares, sin embargo, tuvieron un origen completamente diferente al vuestro, y esto se aplica también a aquellos que fueron producidos por la técnica de la gravedad mareomotriz. Pero cualquiera que sea la técnica que se aplique para la construcción de mundos, la gravedad siempre produce la creación del tipo de sistema solar, o sea un sol central o isla oscura con planetas, satélites, subsatélites y meteoros.
Las modalidades de origen, la situación astronómica y el medio ambiente físico determinan al mayor grado los aspectos físicos de los mundos individuales. La edad, el tamaño, la velocidad de las revoluciones y la velocidad a través del espacio son también factores determinantes. Tanto los mundos de contracción gaseosa como los de acrecentamiento sólido están caracterizados por montañas y, durante su vida primitiva, si no son demasiado pequeños, por agua y aire. Los mundos que se originan de las divisiones de cuerpos celestes en estado de derretimiento y los mundos que resultan de choques carecen a veces de extensas cadenas montañosas.
Durante las primeras épocas de todos estos nuevos mundos, son frecuentes los terremotos, y todos ellos se caracterizan por grandes alteraciones físicas. Esto ocurre especialmente en las esferas formadas por contracción de gases, los mundos nacidos de los inmensos anillos nebulares que quedan como secuela de la condensación y contracción prematuras de ciertos soles individuales. Los planetas que tienen un doble origen, como Urantia, pasan por una carrera juvenil menos violenta y tempestuosa. Aun así, vuestro mundo experimentó una fase primitiva de poderosos cataclismos, caracterizados por erupciones volcánicas, terremotos, inundaciones y terribles tormentas.
Urantia
está comparativamente aislada en las afueras de Satania, vuestro sistema solar,
siendo, con una excepción, el más alejado de Jerusem, mientras que Satania
misma está próxima al sistema más alejado en Norlatiadek, y esta constelación
está atravesando ahora el límite exterior de Nebadon. Os contabais
verdaderamente entre las más humildes de todas las creaciones, hasta el momento
en que el autootorgamiento de Micael elevó vuestro planeta a una posición de
honor y gran atención universal. A veces el último será el primero, así como verdaderamente
el más humilde se torna el más grande.
Fundación Urantia, “El libro de Urantia”, p. 511 – 512.

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