Las necesidades son las sensaciones que una persona experimenta cuando nota que algo le hace falta para alcanzar su bienestar, para distinguirlas existe la pirámide de Maslow que los clasifica en cinco niveles:
- Fisiológicas: Son básicas para la supervivencia, como agua, sueño, alimentación, vestimenta y vivienda.
- Seguridad: Son esenciales para la protección física y emocional, incluyendo la estabilidad financiera, atención médica y vivienda segura.
- Sociales: Se refieren a la necesidad de pertenencia a un grupo, como las amistades y relaciones familiares.
- Reconocimiento: Comprenden el respeto propio y el anhelo de aprobación por parte de los demás, incluyendo la reputación, el respeto y la autoestima.
- Autorrealización: Se centran en el desarrollo y crecimiento personal como logros académicos, o resolución de problemas.
Las necesidades son ilimitadas y representan gastos, sin embargo los recursos como el tiempo, el dinero para satisfacerlas, no lo son, por ello, es importante identificar lo que realmente necesitas antes de que se convierta en un deseo.
Los deseos son las preferencias que dan placer y satisfacción a una persona, pero que realmente no son necesarias para su bienestar, por ejemplo, salir a correr a un restaurante a pesar de poder preparar comida en casa, o adquirir un celular último modelo aunque existan opciones menos costosas que cumplen la misma función.
Estos gustos representan gastos innecesarios, que en ocasiones sobrepasan tu capacidad de pago, afectando tu estabilidad económica.
Para disminuir la posibilidad de que tus necesidades se conviertan en deseos, realiza lo siguiente:
1. Elabora una lista de tus necesidades según la pirámide de Maslow, incluye elementos como alimento, vivienda y atención médica.
2. Identifica qué elementos de tu lista son esenciales para tu bienestar y descarta los que no lo son, por ejemplo, pagar la factura del agua es una necesidad, mientras que comprar un café a diario es un gusto.
3. Revisa cuánto dinero ganas, cuánto gastas y cuánto tiempo tienes disponible. Distribúyelo entre tus necesidades y sólo un deseo que sea razonable, por ejemplo, pagar un curso para aprender una nueva habilidad y una salida al cine por mes.
4. Responde a la pregunta ¿Realmente necesito esto? Antes de realizar cualquier comprar para reflexionar si el gasto es necesario o se puede realizar en otro momento, por ejemplo, antes de comprar un nuevo teléfono pregúntate si realmente lo necesitas o si el que tienes aún cumple con sus funciones.
Cubrir tus necesidades básicas
antes de ceder a tus deseos te permitirá gestionar mejor tus recursos
económicos y evitar gastos innecesarios, con el tiempo lograrás interpretar tus
gastos de manera efectiva y adaptarlos a tus cambios de vida.
Fundación Carlos Slim – Manejo de dinero.

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