La
falacia de la planificación y el sesgo del optimismo.
La idea de la falacia de la planificación se introdujo por primera vez en un artículo de 1977, escrito por Daniel Kahneman y Amos Tversky, dos figuras fundamentales en el campo de la economía del comportamiento. La falacia de la planificación describe nuestra tendencia a subestimar la cantidad de tiempo que llevará completar una tarea, así como los costos y riesgos asociados con esa tarea, debido al sesgo del optimismo. El sesgo del optimismo surge cuando una persona cree que tiene menos probabilidades de experimentar un acontecimiento negativo. Por ejemplo, cuando planeas pasear a tu perro entre reuniones, es posible que pienses que puedes hacerlo más rápido de lo que realmente puedes. El sesgo del optimismo es lo que te dice que podrás sacar a pasear a tu perro sin llegar tarde a tu próxima reunión. Si no tienes en cuenta las cosas que podrían afectar el tiempo que te tomará pasear a tu perro, el clima, la posibilidad de que se encuentre con otro perro y quiera jugar, o el hecho de que con frecuencia se distraiga mientras husmea, ¡es posible que llegues tarde a tu próxima reunión o puede que te la pierdas por completo!
La falacia de la planificación puede sucederle a cualquier persona, independientemente de si tiene o no experiencia en la realización de tareas similares. Ya sea que pasees a tu perro por primera vez o por enésima vez, aún debes considerar los diferentes factores que pueden afectar el tiempo que te llevará completar la caminata. Este mismo principio se aplica a la gestión de proyectos. Puede que seas nuevo en este tipo de proyectos o que hayas gestionado miles de proyectos similares antes. De cualquier manera, debes tener cuidado de no subestimar el tiempo que llevará completar cada tarea en este proyecto en particular. Como gerente de proyectos, debes tratar de estar al tanto de la falacia de la planificación y, al mismo tiempo, mantener una actitud optimista sobre el proyecto, incluso cuando las cosas cambian. Sé optimista y realista: Esfuérzate por obtener los mejores resultados mientras planificas el tiempo adecuado que puede llevar completar cada tarea.
Piensa en la falacia de la planificación en relación contigo como gerente de proyectos. Si has planificado esfuerzos masivos en tu plan de proyecto con un sesgo de optimismo, esta falacia de planificación podría tener un impacto importante en la ejecución de tu proyecto. Puedes destinar a tu equipo al fracaso si no le das suficiente tiempo para completar sus tareas, si el trabajo debe rehacerse o si pierdes oportunidades para ejecutar el proyecto de manera más eficiente.
Estar atento a los "qué pasaría si" es una habilidad clave en la gestión de proyectos. Tener en cuenta situaciones que podrían afectar si el proyecto se completa o no a tiempo puede ayudarte a superar la falacia de la planificación. Además, siempre tendrás un equipo de proyecto a tu lado, de modo que asegúrate de utilizarlo como recurso para que te ayuden a identificar posibles riesgos. Recuerda ser "realista con optimismo" y esforzarte por obtener el mejor resultado mientras planificas el tiempo correcto para realizar cada tarea.

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