En su libro “Los elementos del poder: lecciones de liderazgo e influencia”, el investigador Terry Bacon, determinó que la mayoría de las fuentes de poder caen en dos grupos: organizativas y personales.
Comencemos con las fuentes de poder organizativas, que incluyen tu rol, información, red, y reputación. En primer lugar, tenemos tu rol, que se refiere a tu puesto dentro de una organización o equipo. En un rol de gestión de proyectos, tienes un cierto nivel de poder sobre el proyecto, y, por lo tanto, más influencia.
La información es otra fuente de poder organizativo, que se refiere a tu nivel de acceso, y control de la información. Como gerente de proyectos, posees una gran cantidad de información sobre tu trabajo y los interesados, lo que puede beneficiarte. Puede resultar tentador suponer que, como líder, tienes todas las respuestas, pero para ser un buen influenciador deberías hacer preguntas y considerar todas las ideas. Puede que incluso escuches nuevas perspectivas y notes los problemas de una manera diferente. Comparte información con tu equipo con regularidad para que puedan darte su opinión sobre el panorama completo.
También puedes derivar poder de tu red. Esto se refiere a las personas con las que estás conectado profesional y personalmente. Las conexiones sólidas dentro y fuera de tu organización pueden impulsar tu capacidad de influir en los demás y ayudar a que el proyecto continúe. Si demuestras que estás bien conectado y tienes buenas posibilidades de obtener el apoyo de los interesados o la aprobación presupuestaria de tus planes, es más probable que la audiencia esté de tu lado. Deberías usar tu red para ayudar a que los colegas realicen nuevas conexiones. La eficacia de tu equipo aumentará a medida que asumas la responsabilidad de ayudar a cada persona a desarrollar sus destrezas y ampliar su red, lo que a su vez aumenta su propio poder de influencia.
Por último, tenemos la reputación, que se refiere a cómo otros te perciben en general. Como es de esperar, las personas con reputación positiva tienden a ser más influyentes que las que tienen reputación negativa. Una manera en la que se ha notado cómo funciona esto es a través de la colaboración. Si eres un buen colaborador, puedes mejorar tu reputación al hacerte conocido porque es fácil trabajar contigo, cumples tus compromisos y ayudas a otros a alcanzar sus propias metas.
Tu rol, acceso y control de la información, red, y reputación son importantes fuentes de poder organizativas que debes tener en cuenta. También es importante identificar las fuentes de poder que provienen de ti. Estas se conocen como fuentes de poder personales, que incluyen conocimientos, expresividad, historia y carácter.
El conocimiento se refiere al poder que extraes de tu experiencia en ciertos temas, tus destrezas y conjuntos de habilidades únicos e incluso tu capacidad de aprender cosas nuevas. ¿Qué te viene a la mente cuando piensas sobre un líder influyente? Por lo general, tiene mucho conocimiento en su campo y es más probable que confíes en su opinión. Cuando estés considerando cómo usar tu propio conocimiento como una fuente de poder, reflexiona sobre la experiencia que ya tienes y considera las áreas en las que todavía quieres crecer y obtener más información.
La expresividad se refiere a tu capacidad de comunicarte con los demás. Esta es importante, gran parte de la influencia se reduce a cómo te acercas a la audiencia. Quizás eres un gran narrador o tal vez eres realmente bueno para conectarte emocionalmente con la gente. Las destrezas sólidas de comunicación como estas pueden aumentar mucho tu capacidad de influir en los demás.
La siguiente fuente de poder personal es la historia. La historia se refiere al nivel de historia personal que hay entre tú y la otra persona. Tiene sentido. Una relación sólida con la persona a la que esperas influenciar puede ser muy útil. Como gerente de proyectos, gestionarás la dinámica del equipo y construirás las relaciones del equipo, que pueden ayudarte a generar una historia personal con la gente a tu alrededor.
Por último, el carácter. El carácter se refiere a la opinión de otras personas de las cualidades que te convierten en quién eres. Como honestidad, integridad, amabilidad y mucho más. El carácter es muy importante. Derivarás una enorme cantidad de poder a partir de estimaciones positivas de tu carácter. ¿Qué características personales valoras en ti mismo? Estas son las cualidades que tienen el poder de hacerte un líder fuerte y solidario para las personas que te rodean.
Conocimiento, expresividad, historia y carácter son solo cuatro fuentes de poder personales, pero es importante recordar que hay mucho más dentro de cada una de ellas. Hay confiabilidad, autenticidad, sabiduría, y así sucesivamente. Hay muchos atributos de los que se puede extraer poder.
A medida
que construyes tu carrera, intenta identificar tus propios atributos. Encuentra
la combinación de técnicas de influencia que mejor se adapte a tus
circunstancias particulares. Se necesita práctica para pulir tus destrezas y
aprovechar diversos superpoderes cuando se trabaja con otros, pero, si
inviertes tiempo en pensar y solucionar los problemas de tu estrategia de
influencia, valdrá la pena.
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