Ya los amanuenses de la Edad Media realizaban cambios en los sistemas de escritura que, hasta entonces, no contaban con una estandarización que optimizara el orden – ya no digamos la intención – de las ideas. Antes de eso, no existían indicaciones que transmitieran la verdadera esencia de una idea plasmada en papel.
Con el tiempo esa necesidad se convirtió en algo imposible de ignorar y desde entonces hasta ahora, los procesos para regularizar y estandarizar la escritura serían desarrollados por expertos: las ideas serían separadas por líneas, el uso de acentos borraría ambigüedades del vocabulario y nacerían de entre los rincones de cada enunciado las marcas que, amadas por unos y odiadas – o incomprendidas – por otros, darían sentido, intención y orden a lo escrito: los signos de puntuación.
De acuerdo con la oficialización de la RAE, existen once signos de puntuación básicos:
,
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Coma
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.
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Punto
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;
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Punto y Coma
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¡!
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Signos de Exclamación
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()
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Paréntesis
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[]
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Corchetes
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:
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Dos Puntos
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…
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Puntos Suspensivos
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¿?
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Signos de Interrogación
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“”
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Comillas
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—
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Guión Largo o Raya
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Y ocho signos auxiliares:
’
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Apóstrofo
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*
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Asterisco
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-
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Guión Corto
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¨
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Diéresis
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/
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Diagonal
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{}
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Llaves
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´
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Tilde o Acento
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¶§
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Calderón
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Los signos de puntuación como los conocemos hoy en día son el resultado de cientos de procesos de evolución y transformación que, según las necesidades de cada era, han ido modificando las marcas lingüísticas para lograr de manera efectiva los objetivos de comunicación del ser humano.
Las propuestas.
¿Cuántas veces escribimos sin la certeza de que el toro vaya a entender la verdadera intención irónica o sarcástica de nuestras letras, o la emoción con la que las lanzamos al papel?
Con el tiempo, el perfeccionamiento en la comunicación le ha abierto al ser humano la posibilidad de expresar más que sólo hechos: emociones, pensamientos y cuestionamientos de todo tipo hoy pueden ser vertidos con todas las formas de intención que ofrece la retórica; la entonación, los movimientos y la gesticulación son apoyo de lo que decimos. Pero ¿Qué pasa con lo que sólo está escrito?
De todas las propuestas y contribuciones que se han hecho a la lengua escrita para enriquecerla y convertirla en una vía más efectiva hacia la comprensión del lector, no todas ellas han logrado permanecer en los parámetros de estandarización de la lengua.
Retórica, Ironía, Sarcasmo y Otros Fondos.
En 1580, un impresor inglés – de nombre Henry Denham – propuso la oficialización de un nuevo signo de puntuación llamado snark que indicara cuando una pregunta fuera de un tipo retórico, cuya forma eras muy similar a la de un signo de interrogación invertido.
Aunque la nueva marca no obtuvo la aceptación necesaria para que pudiera considerarse como oficial, para finales del siglo XIX el poeta francés Alcanter de Brahm – también conocido como Marcel Berhardt – retomaría la propuesta retomaría la propuesta en su L’ostensoir des ironies y crearía el signo de ironía.
Con varios siglos de por medio y restricciones en las posibilidades de hacerle cambios a la lengua, la idea de puntualizar intenciones en la comunicación escrita es retomada por Hervé Bazin en Plumons l’Oiseau (1966), obra en la que, además de rescatar la propuesta de Brahm y Denham, propone cinco marcas más para complementar las intenciones de la lengua escrita.
De la misma época es también el publicista Martin Spekter quien, en un contexto enmarcado por el Nueva York pop de los años 60, crearía una símbolo icónico de toda una generación: el interrobang, fusión de los signos de interrogación y de admiración (?!) que se utilizaba para indicar cuando una pregunta incluía una reacción de sorpresa. Este signo, a diferencia de aquellos que representan sus precedentes, logró trascender en mayor medida e incluso fue considerado por algunos de los modelos de las máquinas de escribir Remington a finales de aquella década. Sin embargo, igual que los primeros, terminó por desaparecer.
Hoy en día, con la evolución de los procesos comunicativos, las formas – y los fondos- siguen transformándose y generando nuevas necesidades, lo que abre oportunidades para que nuevos recursos gráficos compitan para adentrarse en los estándares oficiales de la lengua escrita.
Signos de apertura en interrogaciones y exclamaciones - ¿! – en peligro de extinción, puntoycomas que parecen no encontrar más cabida en la comprensión de las nuevas generaciones, emoticones que rescatan conversaciones de lo ambiguo… ¿Cuáles permanecerán? Sólo el tiempo lo dirá.
Fuente: Revista Algarabía No.123.
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