· Es necesario estar plenamente convencido de la idea que se tuvo en principio, pues para hacer o lograr algo, primero debe soñarse, desearse.
· El proyecto debe ser desarrollado de manera clara, concisa y entendible para cualquiera.
· Tener muy claro que todo proyecto requiere de apoyo financiero para llevarlo a cabo; hay que considerar el capital.
· Todo proyecto debe sustentarse en un plan de negocios, que no es otra cosa que la forma en que una empresa comercializa sus productos o servicios para obtener ventas.
· Conocer en gran medida a los consumidores o usuario a los cuáles va dirigido el proyecto.
· No menos importante es el conocimiento del mercado al cual se intenta entrar.
· Establecer el volumen de la demanda potencial, detectar segmentos y nichos de mercado que puedan ser potenciales.
· Todo producto y servicio que quiera competir con magníficos resultados, debe tener ventajas competitivas.
· Encontrar no sólo lo bueno del proyecto, es conveniente también escudriñar sus aspectos negativos y buscar respuestas y soluciones.
· Para tener una visión más realista y exacta del proyecto, es necesario ponerse en el lugar de los consumidores y usuarios.
· Poner a consideración de otras personas emprendedoras la idea y concepto del producto o servicio.
Fuente: Vive la Administración II, Progreso Editorial.
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