Mahoma. Tiempos de intolerancia
Alí llegó a la ciudad santa y de inmediato convocó a una reunión masiva para cumplir con el encargo del Profeta y dar a conocer los nuevos decretos; en ellos se declaraba que de ahora en adelante Mahoma quedaba libre de todo pacto con los idólatras e incrédulos, y les concedía un plazo de cuatro meses para que reconsiderasen su condición de infieles y abrazaran la verdadera fe, o de los contrario serían muertos o condenados a pagar tributo; la persecución de los infieles sería implacable y quedaba derogada la tregua santa que se concedía en el mes de peregrinación; ahí mismo se ordenaba a los musulmanes que al pasar los cuatro meses señalados, debían perseguir a los infieles y matarlos o hacerlos prisioneros, sin considerar vínculo alguno de sangre o amistad, cualquiera que porfiase en su infidelidad al Islam debería correr la misma suerte, así se tratase de los propios padres. El decreto terminaba ordenando que una vez concluido el año en curso, ningún infiel podría entrar en las mezquitas o traspasar los límites sagrados de La Meca.
Esta es
una de las declaraciones más fuertes de Mahoma y representa una postura en
extremo intolerante; los comentaristas musulmanes dicen que era ésta una medida
obligada por la situación del momento, pues la política de pactos y tratados de
paz que integraba a diversos grupos y comunidades se estaba haciendo ya
inmanejable por medios diplomáticos y había que imponer la fuerza para mantener
la unidad de un imperio apenas naciente; probablemente esto haya sido así, pero
también fue una medida que dio un enorme vigor al Islam, proyectándolo al futuro
como un gran imperio expansionista en el que los propios individuos tenían el
derecho, e incluso la obligación, de someter por la fuerza a cualquiera que se
atreviera a pensar distinto.
Los Grandes – Mahoma, Editorial Tomo, p. 141 – 142.
Comentarios
Publicar un comentario