Los átomos y los electrones están sujetos a la gravedad. Los ultimatones no están sujetos a la gravedad local, la interacción de la atracción material, pero son plenamente obedientes a la gravedad absoluta o la del Paraíso, a la tendencia, el giro, del círculo universal y eterno del universo de los universos. La energía ultimatónica no obedece a la atracción lineal o directa de la gravedad de las masas materiales cercanas o remotas, sino que siempre gira de acuerdo con el circuito de la gran elipse de la enorme creación.
Vuestro propio centro solar irradia anualmente casi cien mil millones de toneladas de materia real, mientras que los soles gigantescos, durante sus primeros años de crecimiento, los primeros mil millones de años pierden materia a un ritmo prodigioso. La vida de un sol se estabiliza cuando alcanza el máximo de la temperatura interna, y las energías subatómicas comienzan a ser liberadas. Es justamente en este punto crítico cuando los soles más grandes tienen pulsaciones convulsivas.
La estabilidad del sol es completamente dependiente del equilibrio entre la gravedad y el calor —tremendas presiones contrabalanceadas por temperaturas inimaginables. La elasticidad del gas interior de los soles mantiene las capas superpuestas de materiales varios, y cuando la gravedad y el calor están en equilibrio, el peso de los materiales exteriores iguala exactamente la presión de la temperatura de los gases subyacentes e interiores. En muchas de las estrellas más jóvenes la condensación gravitacionaria continuada produce temperaturas internas en constante aumento y a medida que aumenta el calor interior, la presión interior de los rayos X de los vientos del supergás pasa a ser tan grande que, en conexión con el movimiento centrífugo, un sol comienza a arrojar sus capas exteriores hacia el espacio, compensando así la falta de equilibrio entre la gravedad y el calor.
Vuestro
propio sol ha alcanzado desde hace mucho tiempo un equilibrio relativo entre sus
ciclos de expansión y contracción, aquellas alteraciones que producen las
gigantescas pulsaciones de muchas de las estrellas más jóvenes. Vuestro sol
está ahora saliendo de su seis mil millonésimo año. En el momento presente está
funcionando a través del período de economía más grande. Brillará con la
eficiencia actual por más de veinticinco mil millones de años. Probablemente
experimentará un período de declinación parcialmente eficiente que será tan largo
como la combinación de los dos períodos, el de su juventud y el de su
funcionamiento estabilizado.
Fuente:
Fundación Urantia, “El libro de Urantia”, p. 510 – 511.

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