Para Taylor y sus seguidores, el instrumento básico para racionalizar el trabajo de los obreros era el estudio de tiempos y movimientos (motion – time study). Partiendo de esta premisa, comprobó que el trabajo, puede efectuarse mejor y más económicamente mediante el análisis del trabajo, esto es, de la división y subdivisión de todos los movimientos necesarios para la ejecución de las diversas operaciones de una tarea. Los movimientos inútiles eran eliminados, mientras que los útiles eran simplificados, racionalizados o fusionados con otros instrumentos, para que el obrero economizara tiempo y esfuerzo. A ese análisis del trabajo seguía el estudio de tiempos y movimientos o determinación, mediante el cronómetro, del tiempo medio que requiere un obrero común para ejecutar la tarea. A ese tiempo medio se adicionaban otros tiempos básicos y muertos, para obtener el llamado tiempo estándar. Con esto se estandarizaba el método de trabajo y el tiempo predestinado a su ejecución. Método es la manera de hacer algunas cosas para obtener determinado resultado. El estudio de tiempos y movimientos, además de permitir la racionalidad de los métodos de trabajo del obrero y la fijación de los tiempos estándares para la ejecución de las operaciones y tareas, trajo las siguientes ventajas:
· Eliminar movimientos inútiles para sustituirlos por otros más eficaces.
· Volver más racional la selección y el entrenamiento del personal.
· Mejorar la eficiencia del obrero y, en consecuencia, el rendimiento de la producción.
· Distribuir uniformemente el trabajo para que no haya periodos en que éste falte o sea excesivo.
· Tener una base uniforme para fijar salarios equitativos y para conceder los premios por aumento de la producción.
Los objetivos del estudio de tiempos y movimientos eran los siguientes:
· Eliminación de todo desperdicio de esfuerzo humano.
· Adaptación de los obreros a la propia tarea.
· Entrenamiento de los obreros para que ejecuten mejor sus trabajos.
· Mayor especialización de las actividades.
· Establecimiento de normas bien detalladas para ejecutar el trabajo.
Frank B. Gilbreth (1868 – 1924), ingeniero que acompañó a Taylor en su interés por el esfuerzo humano como medio de aumentar la productividad, fue el responsable de la introducción del estudio de tiempos y movimientos de los obreros como técnica administrativa básica para la racionalización del trabajo; llegó a la conclusión de que todo trabajo manual puede reducirse a movimientos elementales (a los cuales dio el nombre de Therblig, anagrama de Gilbreth) para definir los movimientos necesarios en la ejecución de una tarea cualquiera.
Movimientos elementales (Therbligs) de Gilbreth:
1. Buscar.
2. Escoger.
3. Coger.
4. Transportar Desocupado.
5. Transportar Cargado.
6. Posicionar (Colocar en posición).
7. Pre – Posicionar (Preparar para colocar en posición).
8. Reunir (Amontonar).
9. Separar.
10. Utilizar.
11. Descargar.
12. Inspeccionar.
13. Asegurar.
14. Esperar inevitablemente.
15. Esperar cuando es evitable.
16. Reposar.
17. Planear.
Con estos movimientos elementales (Therbligs) se puede descomponer y analizar cualquier tarea. El Therblig constituye el último elemento de la administración científica y es la unidad fundamental de trabajo con que puede construirse una organización.
Un concepto muy importante para la administración científica es la eficiencia. Con el análisis del trabajo y el estudio de tiempos y movimientos se buscaba la mejor manera (the best way) de ejecutar una tarea y aumentar la eficiencia del obrero. Eficiencia significa correcta utilización de los recursos (medios de producción) disponibles. Puede definirse mediante la ecuación E = P/R, donde P son los productos resultantes y R los recursos utilizados. La organización racional del trabajo busca la mejor maneta, es decir, los métodos de trabajo para establecer los estándares de desempeño en las tareas. Una vez establecidos, la eficiencia del obrero pasa a ser la relación entre el desempeño real y el desempeño establecido previamente como eficiencia igual a 100 % (tiempo estándar).
La eficiencia se relaciona con la mejor manera de hacer o realizar las cosas (métodos de trabajo) a fin de que los recursos (personas, máquinas, materias primas, etc.) se apliquen de la manera más racional posible. La eficiencia se preocupa por los medios y los métodos más indicados que deben tenerse en cuenta durante la planeación para asegurar la optimización de los recursos disponibles.
Para Emerson, “la eficiencia es la relación entre lo que se consigue y lo que puede conseguirse”. La consecuencia directa de la eficiencia es la productividad, que puede definirse como la elaboración de una unidad de producto por unidad de tiempo; en otros términos, es el resultado de la producción de alguien en un determinado periodo. Cuanto mayor sea la eficiencia, mayor será la productividad.
Fuente: Introducción a la Administración con Enfoque.
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