Yago [a Otelo]:
Señor, cuidado con los celos. Son un monstruo de ojos verdes que se burla del pan que le alimenta. Feliz el cornudo que, sabiéndose engañado, no quiere a su ofensora; más, ¡qué horas de angustia le aguardan al que duda y adora, idolatra y recela!
William Shakespeare, ‘La tragedia de Otelo: el moro de Valencia’ (ca. 1603).