· Quita la culpa, extingue la culpa y hace olvidar.
· Suelta la lengua y afloja la ropa.
· Te aleja de la oficina, lima asperezas y arregla corazones rotos.
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...