Yendo de viaje, Diógenes el cínico llegó a la orilla de un río torrencial y se detuvo perplejo. Un hombre acostumbrado a hacer pasar a la gente el río, viéndole indeciso, se acercó a Diógenes, lo subió sobre sus hombros y lo pasó complaciente a la otra orilla.
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Esopo – Diógenes de viaje
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Ciudadano del mundo, economista de carrera, bloguero por pasatiempo, docente por situaciones del destino
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