Como un globo en el cielo.
El ser humano comenzó a observar el cielo desde hace miles de años. También lo dibujó en la piedra, con pintura roja representó a la Luna e inventó también leyendas para explicar por qué nuestra Luna – conforme transcurren los días – va cambiando de forma. Algunos decían que un tigre, hijo del cielo, se complacía en devorarla noche tras noche.