Prometeo era hijo del titán Japeto y de la Tierra. Se le admitía en el Olimpo, la morada de los dioses, y tomaba parte en sus discusiones. Prometeo amaba a los hombres, que eran desgraciados, y hacía llegar sus peticiones a los dioses.
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Prometeo
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Carlos Montemayor-El girasol
Una hermosa ninfa de las aguas llamada Clitia, se enamoró del sol cuando lo vio caminando por la extensión de los cielos. Ella vivía sólo para mirar su resplandeciente luz. Al tocar su piel el calor del sol, la ninfa pensaba que le enviaba una caricia, y eso la hacía sentirse feliz.
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