Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.
- ¿Quién alumbrará al mundo? – preguntaron.
Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl, dijo:
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...