Alegre como alondra madrugadora,
locuela como pluma que viene
y va,
yo soy la campanita que da
la hora.
¡Din, dan, din, dan!
Alegre como alondra madrugadora,
locuela como pluma que viene
y va,
yo soy la campanita que da
la hora.
¡Din, dan, din, dan!
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...