¡Qué lindo,
vengan a ver qué lindo:
en medio de la calle ha caído una estrella;
¡Qué lindo,
vengan a ver qué lindo:
en medio de la calle ha caído una estrella;
Brotan las flores, están frescas, medran,
abren su corola.
De tu interior salen las flores del canto:
tú, oh poeta, las derramas sobre los demás.
Es para que la cantes
esta canción:
La rosa de los vientos, el corazón.
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Qué es lo que dice el ave roja de los dioses?
Es cual un repicar de sonidos;
anda chupando miel.
¡Quién fuera mariposa!
Flor del aire, luciente y fugitiva…
¡Envidio esa existencia temblorosa
No el sol, sino la campana,
cuando te
despierta,
es lo mejor de la mañana.
El mirlo se pone
su
levita negra,
y por los
faldones le asoman las patas
de color de cera.
Sin cesar gotea
miel del colmenar;
cada gota es una abeja . . .
Había una vez un mono listo que inventaba muchas cosas, en tanto que sus compañeros se dedicaban a imitar lo que él hacía.
Un día, el mono listo tenía mucha sed y sintió deseo de tomar agua de
coco.
Trepó a una palmera.
Niño indio de los llanos,
conmigo ven a jugar.
Todos los niños de América
siempre nos hemos de amar.
A los verdes prados
baja la niña:
ríense las fuentes,
las aves silban.
Existen siete grupos de Hijos Creadores autootorgadores y están así clasificados de acuerdo con el número de veces que se han otorgado a las...