Es el que permite el asombroso trabajo conjunto de músculos y huesos del cuerpo. Sin ellos cualquiera sería como un muñeco de trapo, incapaz siquiera de sostenerse por sí mismo.
El cerebro, a través del sistema nervioso, envía órdenes a los músculos, que están adheridos a los huesos, para que se acorten y se alarguen, según tu necesidad.