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Concursos de Belleza. La flor más bella del ejido

En el año de 1786, durante el virreinato de Bernardo de Gálvez, dio inicio el llamado “Paseo de la Viga”, en el pueblo de Santa Anita Zacatlamanco, hoy Iztacalco. En él desfilaban mujeres indígenas y mestizas (caracterizadas como Xochiquetzal, diosa de la belleza, el “bien querer” y las flores), y se le llamó “Viernes de las Amapolas”, pues se hacía coincidir con el Viernes Santo. Dicho paseo se realizó hasta 1902 y, años más tarde, en 1921, el periódico El Universal pretendió revivirlo, convocando al concurso de belleza denominado “La India Bonita”. Después, en 1936, por iniciativa del presidente Lázaro Cárdenas, se le llamó “La Flor Más Bella del Ejido”, y su objetivo era enaltecer la belleza mestiza (con marcados rasgos indígenas) de la mujer campesina que habitaba en las zonas ejidales del D.F. A partir de ese año se realizó los Viernes de Dolores en Santa Anita, de donde pasó a Mixquic y, finalmente, se trasladó a Xochimilco en 1955, donde en la actualidad, “mediante un desfile de flores encarnadas en mujer, se recrea la época en que se rendía culto a la flor convertida en deidad: Xochiquetzal”.

Concursos de Belleza. ¿Felicidad y Fama?

Cualquiera que ve a esas hermosas jovencitas desfilando con sonrisas deslumbrantes, largas piernas y radiante juventud, podría pensar que el título es un logro y una fuente de fama mundial, riqueza y felicidad. Pero la historia demuestra que no siempre es así: por ejemplo, en 1993, durante el sitio de la ciudad de Sarajevo en la Guerra de Bosnia, se organizó un certamen de belleza en un sótano de la ciudad, como protesta a los ataques de los francotiradores serbios a la población civil. Las participantes desfilaron con una pancarta con la leyenda: “No dejen que nos maten”. Inela Nogic fue coronada como Miss Sarajevo, y logró fama mundial al convertirse en símbolo de la resistencia de la ciudad.

Concursos de Belleza. Reinas de la Belleza

A mediados del siglo XIX, un empresario llamado Phineas Taylor Barnum (confundador del circo Ringling Brothers and Barnum & Bailey) luego de su éxito organizando concursos de perros, vacas, caballos, bebés y aves, tuvo la brillante idea de organizar un concurso de belleza… de mujeres.

Concursos de Belleza. La manzana de la discordia

Otro incidente previo a las pasarelas actuales de los concursos de belleza tiene que ver con Eris, la diosa de la discordia. Esta conflictiva deidad no fue invitada a la boda de Pelo y Teis – futuros padres del héroe Aquiles –, por lo que, desairada y con toda la mala intención, hizo llegar a la fiesta una manzana de oro con la inscripción kallisti (“para la más bella”). De inmediato, surgió la discordia entre las asistentes, quienes se detuvieron cuando las diosas Hera, Afrodita y Atenea se acercaron para adueñarse de la fruta dorada; éstas solicitaron a Zeus que nombrara a la más hermosa, así que el dios del trueno (por su múltiples ocupaciones, no vaya usted a pensar que por eludir la responsabilidad, y menos con su esposa en la terna de candidatas) nombró a Paris, un príncipe troyano, como juez del certamen “Miss Olimpo”.

Concursos de Belleza. Los orígenes

Primero, unas preguntas filosóficas: ¿Qué es la belleza? ¿Es posible definirla? ¿Existe un solo concepto, o más bien deberíamos hablar de ella como una idea subjetiva, que cambia según el tiempo, la sociedad y hasta el gusto de cada individuo? Así las cosas, la belleza, ¿Se puede medir o cuantificar? ¿Qué hace que una mujer – o un hombre, para el caso, pero no el que nos atañe – posea más belleza que otra? ¿Bajo qué método o criterio puede calificarse? ¿Cómo es posible, entonces, poner a concursar a dos o más mujeres, para saber quién es la más bella, y que ésta gane premios o privilegios?

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