La serie no la he visto, no tengo idea de que se trata, pero como no está tan mala la redacción, decidí compartir en este espacio este creepypasta de la página de creepypastas.com.
¡Buena suerte, Charlie! es una serie cómica de la cadena de televisión Disney Channel, que está destinada a entretener a la familia promedio americana e hispana. Trata de una familia común llamada “Los Duncan”, quienes viven en Estados Unidos, en el estado de Colorado. Esta familia está formada por Amy Duncan, la madre que trabaja como enfermera, Bob Duncan, el padre que es exterminador, y sus hijos PJ, Teddy, Gabe y Charlie. Esta última es la bebé de la familia y por ende la más querida. Pero la historia que les traigo no se trata de la familia Duncan como la pinta la TV, es una versión más realista de una familia cualquiera en este mundo tan retorcido en el que vivimos.
Toda esta historia excesivamente maquillada tuvo un comienzo real y verídico que muy pocos conocemos. La historia data del año 2005 en Estados Unidos, California, en donde una familia de clase media baja aparentemente normal tiene una historia que contar, una historia que a muchos les desagradará, que tal vez no soporten leerla. No podré decir los nombres reales, sin embargo, mencionaré a los personajes de la misma manera en que Disney los nombró.
Una noche de 1987, en la habitación de una clínica particular se escucharon los primeros llantos del niño bautizado Patrick John. El primer hijo de la pareja Duncan fue diagnosticado de discapacidad mental, una discapacidad que no le permitiría pensar claramente, no aprendería a caminar muy rápido ni hablaría hasta una edad avanzada. Esta enfermedad fue un duro y gran golpe para sus padres, quienes esperaban ansiosos la venida de un hijo que les hiciera olvidarse de sus problemas socioeconómicos; pero, al contrario, este niño sería una carga más, pues el médico le prescribió unos medicamentos realmente costosos para que la enfermedad no empeorase.
Tres noches después del nacimiento de PJ, se encendió una bombilla en la oficina central de la clínica. Una enfermera corrió presurosa y al entrar a la habitación lo único que encontró fue a Amy Duncan abrazando a su hijo y llorando, diciendo que estaría bien. El niño estaba muerto, la causa: muerte súbita. Ningún médico se sorprendió dado el estado crítico del niño. Un breve funeral, un ataúd blanco descansaba bajo la tierra, mientras que todos los amigos de la pareja lloraban y consolaban a la pobre Amy que no paraba de sollozar. Entonces uno de los amigos de la pareja se acercó a ellos y les extendió un cheque, este hombre dijo querer ayudarlos en sus problemas económicos. Bob tomó el cheque casi arrancándolo de la mano del hombre, por fin las deudas de los Duncan estarían pagadas; pero eso no sería todo, Bob hizo una inversión en una compañía de exterminación de plagas y también obtuvo un empleo en esa misma compañía que no dejó de crecer. Casi al mismo tiempo, Amy obtuvo un empleo como enfermera en la misma clínica en donde falleció su hijo. Todo estaba marchando con suerte en ese tiempo, era la oportunidad perfecta para comenzar una nueva vida y olvidar el fallecimiento de PJ.
En 1989, Teddy, la segunda hija de la pareja Duncan, había salido del hospital en los brazos de su madre. La llevaron a una casa hermosa en los suburbios, dormía en una cuna grande y muy cómoda; era una hermosa etapa de sus vidas, era totalmente perfecta. Cuando creció iba a una guardería de clase alta, pero un día, una enfermedad estomacal la llevó al hospital en donde estuvo unos cuantos días con el diagnóstico de parásitos estomacales. Días después Amy entró al hospital con su hija en brazos y una muestra de heces cubierta de sangre; el doctor, alarmado, mandó a un laboratorio las muestras y Teddy fue internada para observación, pero no se llegó a ningún diagnostico hasta que un día se encontraron quistes en las heces de Teddy. No todos los parásitos habían sido destruidos por las defensas de la niña y ésta se sentía cada vez peor, aunque Amy no se apartó de ella ni un segundo. Amy consiguió trabajo en el hospital donde estaba Teddy, así que pudo estar mucho más tiempo con ella, Amy era una gran madre. Al cabo de una semana después de haber encontrado la causa del dolor y sangrado, Teddy fue dada de alta.
Unos años más tarde Teddy conoció a su nuevo hermanito, Gabe, quien nació en el mismo hospital que ella. Sólo una cosa no encajaba: era de otra raza. Todos en la familia, incluyendo a PJ, eran caucásicos y rubios, pero Gabe no lo era, su piel era obscura y tenía el cabello negro. Los doctores dijeron que era por la herencia genética, pero esto no convenció del todo a Bob, quien se sentía engañado por su propia esposa. Después del nacimiento de Gabe, Bob salía a beber seguido y se volvió alcohólico, y cada vez que llegaba ebrio a casa tomaba a Gabe por la cabeza y lo golpeaba; Teddy lo defendía y también resultaba golpeada. Después de torturar suficiente a sus hijos, Bob proseguía a golpear a Amy, y después se dormía en el sofá mientras Amy, Gabe y Teddy lloraban.
Un día, mientras Bob golpeaba a su mujer, alguien tocó la puerta, era la policía la que tocaba. Entraron por la fuerza y después de ver a Amy y a los dos niños llorando en el suelo decidieron arrestar a Bob. Un mes después, una prueba de embarazo dio positivo y confirmó los miedos de Amy, en un tiempo tendría otra boca más que alimentar por su cuenta. Después de ver tantos maltratos a su hermano y vivirlos ella misma, Teddy Duncan fue obligada a madurar muy rápido; se volvió un adulto responsable en un tiempo casi inapropiado, mientras que Gabe tomó el camino incorrecto, se dejó llevar por el libertinaje y a los 13 años empezó a fumar y a beber a escondidas de su madre.
En el 2004 nació la cuarta y última hija de la familia Duncan, Charlotte Duncan, tal vez la última desgracia de la familia. Al estar Bob en la cárcel no tuvieron más remedio que racionar la comida por la paga insuficiente del empleo de Amy. Al no tener suficiente proteína ni energía, Charlie enfermaba frecuentemente, lo que se hacía un gran problema para la familia.
El 15 de Agosto de 2005 cinco policías entraron a la casa Duncan, y en ella encontraron a Gabe y Amy Duncan muertos, y a Teddy con lágrimas en los ojos y cortaduras en los brazos y piernas, pero aún sosteniendo a su hermanita Charlie, quien estaba inconsciente y con las mismas cortaduras que su hermana. Ya en cuidados intensivos, Teddy confesó a la policía todo lo que pasó, cómo su madre había asesinado a Gabe clavándole un cuchillo en la garganta y había intentado matarla a ella y a Charlie también, pero tras un largo forcejeo, Teddy había ganado y accidentalmente había acabado con la vida de su madre. Los policías habían encontrado concordancia en la historia de Teddy, y después de que ésta se curado la internaron temporalmente en un orfanato, aunque Charlie aún permanecía en el hospital, pues no estaba del todo recuperada.
El 28 de Octubre de 2005 Teddy Duncan subió un video a internet, en el que se grabó a ella misma, diciendo: “Hola Charlie, soy tu hermana Teddy, hago este video para esclarecer los misterios de nuestra familia… espero que para cuando veas esto tengas la edad para entender lo que te voy a decir a continuación. Nosotros teníamos un hermano que fue diagnosticado de discapacidad mental. Según me contaron papá y mamá, él murió por muerte súbita, pero yo no creo eso, conozco a mamá demasiado bien como para sospechar que haya sido ella quien lo mató. También recuerdo que cuando era niña mamá me daba de comer en el hospital comida que ella misma traía, y desde que empezó a hacer eso los doctores me dijeron que tenía una enfermedad estomacal. Tu hermano Gabe era moreno, pues no era hijo de nuestro padre. Escuché que nuestra madre tenía una aventura con nuestro vecino, papá sabía esto y por eso golpeaba severamente a Gabe y a mí por tratar de protegerlo, hasta que un día llegó la policía y… bueno, sabes lo que pasó. Unos meses después de tu nacimiento, mamá perdió la cordura y… Gabe y mamá murieron. Para cuando veas este video estarás con papá, espero estés bien. Recuerda que te amo, Charlotte”. Teddy se detuvo a llorar y con los ojos rojos miró a la cámara, y dijo, “¡Buena suerte, Charlie!”, y con eso se acabó el video. La compañera de cuarto de Teddy la encontró tendida en el piso con un destornillador en el cuello.
Tiempo después Phil Baker encontró el video y decidió investigar el caso. Cuando supo los detalles esenciales, se los presentó a su jefe y lo maquillaron para crear lo que ahora es una serie más de Disney.
Tiempo después Phil Baker encontró el video y decidió investigar el caso. Cuando supo los detalles esenciales, se los presentó a su jefe y lo maquillaron para crear lo que ahora es una serie más de Disney.
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