Mariposa nocturna.
¡Devuelve a la desnuda rama,
nocturna mariposa,
las hojas secas de tus alas!
Mariposa nocturna.
¡Devuelve a la desnuda rama,
nocturna mariposa,
las hojas secas de tus alas!
En la aldea se oía mucho bullicio.
Era día de mercado.
Pedrito se levantó muy temprano.
Su padre se había ido a la ciudad.
¡Qué contento estoy!
Mi tío me pidió que lo ayudara.
Desde temprano fuimos al huerto.
Todos en el barrio queremos a Miguel.
Siempre lo hemos visto recorriendo las calles.
Su uniforme de policía no nos asusta.
Pancho trabajaba todo el día.
Golpeaba el hierro con un gran martillo.
Hacía rejas, barandales, faroles.
De muchas partes venían a comprarle.
A las cinco dejaba de trabajar.
Contento, volvía a su casa.
Sus hijos salían presurosos a saludarlo.
Por las noches tocaba la guitarra.
Los vecinos, oyéndolo, se alegraban.
Había muchachos que le pedían alguna canción.
Paquito, su hijo menor, le dijo una vez:
- Quiero ser fuerte como tú, papá.
Trabajaré contigo en el taller.
Seré herrero como tú.
También tocaré la guitarra.
Seremos compañeros.
Brotan las flores, están frescas, medran, abren su corola. De tu interior salen las flores del canto: tú, oh poeta, las derramas sobre...