Aunque el triunfo en la batalla de Uhud salvó el honor de los coraixíes, no resolvió sus necesidades de seguridad, pues el Profeta seguía vivo y extraordinariamente activo en su labor de acumulación de poder, por lo que los jerarcas del grupo de Abu Sufián decidieron hacer una campaña a largo plazo que fuese definitiva, para ello formaron una confederación con todas aquellas tribus que se consideraban amenazadas por el avance del Islam, además de los judíos ofendidos por Mahoma, especialmente los pertenecientes a la tribu de Nadr, quienes habían sido expulsados de Medina. Con esta organización lograron reunir una fuerza de diez mil hombres y con este formidable ejército se pusieron en marcha hacia Medina, decididos a acabar con Mahoma y los musulmanes de una vez por todas.
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Mahoma. Una batalla especial: El foso
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Ciudadano del mundo, economista de carrera, bloguero por pasatiempo, docente por situaciones del destino
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