Se constituyó el Primer Comité Olímpico, presidido por el griego Demetrius Vikelas y con el barón Pierre de Coubertain como Secretario General. A pesar del voto unánime de los presentes, poco después el barón escribió, preocupado, que aparte de ellos dos y del profesor William Sloane, catedrático de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, nadie parecía realmente convencido con la idea de realizar la justa deportiva. Con todo y eso, se acordó que los primeros Juegos modernos se celebraran seis años después en la ciudad de París, Francia, para dar la bienvenida al nuevo siglo. En los meses subsecuentes la pequeña llama apenas encendida parecía en riesgo de extinguirse sin remedio. Los organizadores estaban convencidos de que la espera de seis años podría apagarla definitivamente... Por esta razón, se decidió adelantar la fecha a 1896 en una nueva sede: Atenas, la capital histórica de los Juegos.
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