Las prácticas monopólicas absolutas o cárteles son dañinos per se, es decir, en sí mismos. Son las faltas más graves cuando hablamos de competencia.
El proceso de competencia únicamente funciona cuando los competidores establecen los precios de sus productos de manera independiente. De tal forma que los consumidores al comprar un bien o servicio con base en precio y calidad premian con su elección a quien es más eficiente.