Era el año de 1474. En la ciudad de Sevilla, España, nacía Bartolomé, hijo de Francisco de Casaus.
Corriendo el tiempo tomaría por apellido Las Casas.
Muy joven, Bartolomé estudió en la Universidad de Salamanca y se gradúo en Jurisprudencia.
Los misioneros de la primera hora fueron hombres admirables. Se dedicaron a la evangelización, a la asistencia de los necesitados y a la educación e instrucción de los indios, a quienes protegían frente a la codicia de los otros españoles. Los adiestraron en nuevas formas de trabajo; les inculcaron buenas costumbres.
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...