Al despertar, extrañan la tibieza del nido,
saltan de los barrotes de la jaula sonora
y se quedan de nuevo con el piquito hundido
Al despertar, extrañan la tibieza del nido,
saltan de los barrotes de la jaula sonora
y se quedan de nuevo con el piquito hundido
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...