Madre mía, cuando me muera,
entiérrame junto a tu hoguera
y cuando vayas a hacer tus tortillas,
allí, llora por mí.
Madre mía, cuando me muera,
entiérrame junto a tu hoguera
y cuando vayas a hacer tus tortillas,
allí, llora por mí.
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...