Suecia.
Como recompensa a toda una carrera entregada al equipo, seguramente nada puede ser mejor una gigantesca manta con tu nombre y tu rostro estoico en ella, ¿Cierto?
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...