Clía empujó la puerta y sus yemas se hundieron en el tacto de aquella seda. En breves instantes estaba ya dentro de una singular habitación.
- Bienvenida Clía – dijo una voz nasal, con cierto matiz de feminidad, desde la profundidad de la estancia.
Clía empujó la puerta y sus yemas se hundieron en el tacto de aquella seda. En breves instantes estaba ya dentro de una singular habitación.
- Bienvenida Clía – dijo una voz nasal, con cierto matiz de feminidad, desde la profundidad de la estancia.
La Ciudad de México es una ciudad que tiene de todo un poco, y siempre es interesante verla en sus manifestaciones artísticas populares, y ...