¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...